Sunday 2 September 2012

Realismo mágico en "La casa de los espíritus"


Existe una sensible diferencia entre la fantasía y el realismo mágico. Mientras la fantasía compone una realidad enteramente mágica y fantástica donde el autor propone una realidad implausible para el lector, el realismo mágico incorpora elementos maravillosos a la realidad, que son presentados de tal forma que es natural y aceptada con una racionalidad calma. En una fantasía el lector sumerge en un mundo exótico donde la realidad del personaje es distinta a la del lector, y el realismo mágico plantea la realidad mundana que el lector inmediatamente identifica, pero con un toque mágico exhibido como algo que no es extravagante. La casa de los espíritus de Isabel Allende introduce elementos pasmosos de una forma tan sutil que a veces le tarda un poco al lector de percibir que aquello que leyó fue, efectivamente, un hecho del cuento y no una mera exageración.
Apenas en los primeros dos capítulos ya hay algunos trazos del realismo mágico bastante notorios que se manifiestan en los personajes como Clara, Rosa, y Barrabás. La precoz Clara del Valle posee poderes sobrenaturales que le permiten mover el salero en la mesa de la cena con su mente y ver el futuro. Se nota, por ejemplo, que la familia se acostumbró con los juegos de Clara con el salero, ya que reaccionan neutramente después de un tiempo, y sólo se preocupan de que no lo haga cuando hay visitas. Su hermana, Rosa del Valle también es un perfecto modelo del realismo mágico que se proyecta por su belleza. Rosa, quien tiene una acentuada “gracia marítima” tiene el pelo verde, los ojos amarillos, y una piel translúcida, es descrita como “La creatura más hermosa que había nacido en la tierra desde los tiempos del pecado original” (Allende 14). Las descripciones de Rosa no son una metáfora, sino que ella literalmente posee esos fenotipos de sirena. No es solamente el hecho de que ella tenga características maravillosas lo que hace que Rosa sea un ejemplo perfecto del realismo mágico, pero también la reacción de la sociedad a tal belleza; para los lectores, si un día vieran a una creatura como Rosa (con pelo verde, ojos amarillos, y piel traslucida) por la calle, es dudoso que sería considerada tan linda como es percibida en su pueblo en la novela. Similarmente, el perro Barrabás que fue adoptado por Clara es también un muy buen ejemplo del género literario por la suavidad en que es introducido y lo maravilloso que es. Uno no imagina lo que el narrador quiso decir con “el gigante legendario que llegó a ser” porque suena metafórico considerando las condiciones miserables en la que fue encontrado (Allende 11). Adoptar a un perrito es algo extremadamente tangible para la audiencia, claro, hasta cuando éste no equipare el tamaño de un camello. Clara, Rosa, y Barrabás exhiben cualidades excéntricas que introducen un mundo en el cual las leyes de nuestras idealizaciones de lo que es real no son estrictamente respectadas. Sin embargo, todos estos exotismos moran en la frontera de lo que consideramos creíble. El factor primordial que hace que la novela sea verosímil  es que los personajes están conscientes de los elementos extraordinarios, solo que los aceptan con más facilidad e indiferencia.

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